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Tenía pensado hacer la segunda parte del manual, pero me va a llevar más tiempo, algo positivo es que al leer sus comentarios me da una noción de las cosas en común que nos pasan.

Hoy les dejo un resumen de «el banquete»  de platón, donde se expone desde un punto de vista filosófico la cuestión del amor…
No hace falta que lean el texto lo que si les recomiendo es ver el video que dejó al final.

Es uno de mis episodios favoritos de ese programa

«En el fondo amamos nuestro deseo, y no aquello que deseamos.»
F. Nietzsche

EL BANQUETE (PLATON)

Apolodoro es quien cuenta lo sucedido en el banquete, tiempo después de haberlo sabido a través de Aristodermo, que participó en el mismo. Esto pasa porque se encuentra con un amigo que le pregunta si sabe algo de un banquete donde unos sabios habían hablado del Amor, y entonces empieza Apolodoro a contárselo a hombres ricos y de negocios.

Aristodermo se encuentra con Sócrates, que iba a un banquete celebrado por Agatón tras su triunfo en el teatro, y le invita, al llegar a casa de Agatón , éste le dice a Aristodermo que quería haberlo invitado pero que no lo había encontrado. El Banquete estaba comenzando, pero Sócrates no quería entrar, el anfitrión mandó a unos sirvientes a que fueran a por el y lo trajeran aunque fuera a la fuerza, pero Aristodermo le dice que es mejor que lo deje porque estaría meditando, así que Sócrates no entra hasta la mitad de la comida.

Cuando termina la comida Pausianias dice que no deberían beber mucho porque ya han bebido la noche anterior, y aún se notaba el efecto. Eximaco propone que hablen de algún tema y eligen el tema del Amor, porque Fedro dice que ningún poeta ni filósofo han hablado nunca de este tema. Entonces le dicen al flautista que se vaya y hacen un turno de actuación de cada invitado, y empiezan los discursos:

DISCURSO DE FREDO

Dice que Eros es el Dios más grande, admirado por hombres y Dioses por muchas cosas pero fundamentalmente por su nacimiento. Dice que no se conoce la existencia de sus padres, afirma que un hombre que está enamorado, si fuera descubierto haciendo algo feo, no le dolería tanto si lo viera su padre, o compañeros, como si fuera visto por su amado. Defiende el amor homosexual. A morir por sus amados están decididos tanto hombres como mujeres, pone como ejemplo a la hija de Pelias, Alcestis, ya que ésta estuvo decidida a morir por su marido. Los Dioses valoran más la virtud de amar cuando el amado ama al amante, que cuando el amante al amado, pues un amante es mas divino que un amado.

El DE PAUSANIAS

Le dice a Fredo que no está de acuerdo en que sólo hay un Eros, él defiende que hay dos Afroditas y como no existe Eros sin Afrodita, al haber dos, también hay dos Eros. Una Afrodita más antigua y sin madre, hija de Urano a la q llama Urania, y la otra más joven, hija de Zeus y de Dione llamada Pandemo, Así que un Eros se llama Pandemo y el otro Uranio.

No todo Amor y todo Eros es hermoso, sino el que nos induce a amar bellamente. El Eros de Afrodita Pandemo es vulgar, lleva el amor con el que aman los hombres ordinarios. El otro, que procede de Urania, no participa de mujer sino sólo de hombre. Hace mención a la pederastia, creyendo que debería prohibirse amar a los muchachos , porque no se sabe que pasará cuando crezcan. Todo lo realizado por amor está bien visto. Un juramento por cualquier cosa es sagrado, pero si es por amor, los Dioses conceden el perdón pues afirman que el juramento por amor no es válido.

Le tocaba el turno a Aristofanes pero un ataque de hipo hace que le ceda el turno a Eriximaco, el cual le dice que aguante la respiración, o que haga gárgaras con agua, y si no es suficiente, que se provoque estornudos para detener el hipo.

DISCURSO DE ERIXIMACO

Le parece bien lo que dice Pausanias del doble Eros, pero no solo hacia las personas bellas, sino hacia todos los objetos en general, habla desde un punto de vista médico, pues el lo era. Cree que existen dos amores dentro del cuerpo humano, uno es el cuerpo sano y otro el enfermo, uno es el amor bello y otro el vergonzoso.

El buen médico es el que hace que enemigos se hagan amigos entre sí, y se amen, y que los elementos más contrarios sean amigos (lo dulce de lo amargo, el frío de lo caliente, lo seco de lo húmedo…). En todas las materias tanto humanas como divinas hay que vigilar a uno y a otro Eros ya que los dos se encuentran en ellos (lo bueno y lo malo), incluso están en las estaciones del año.

Una vez pasado el hipo a Aristófanes con los estornudos, pasó a hablar…


DISCURSO DE ARISTÓFANES

Dice que en la antigüedad, la humanidad se dividía en tres géneros, el masculino, hijos del sol, el femenino, hijas de la tierra, y el andrógino, hijos de la luna. Los seres andróginos eran redondos, con cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras en la cabeza y dos órganos sexuales, estaban unidos por la barriga, Zeus los castigó partiéndolos por la mitad porque eran tan poderosos que podían con los Dioses. Apolo los curó haciéndolos como somos ahora y pasó sus órganos sexuales delante (antes los tenían detrás. La única mitad que se entrega a la heterosexualidad es la andrógina, la mitad masculina y femenina se entregan al amor homosexual.

DISCURSO DE AGATÓN

Para él Eros es el Dios más joven porque si Eros hubiera existido en la antigüedad, no hubiera habido guerras ni violencia, hubiera habido paz. Se pregunta por la naturaleza de Eros ya que nadie ha hecho mención a ésto. Es joven y delicado, y está necesitado de un poeta como Homero para describir su delicadeza. Es bello, no comete injusticias, ningún placer es superior a Eros, y en lo que se refiere a la valentía, es Eros quien domina a Ares, también habla de su sabiduría, dice que todo aquel que toque a Eros se convierte en poeta “aunque antes fuera extraño a las musas”.

Al terminar de hablar Agatón, todos los presentes aplaudieron, y Sócrates le dijo a Eriximaco que tenía temor de hablar ante las palabras tan bellas de Agatón. Antes de empezar su discurso le hizo unas preguntas a Agatón como por ejemplo ¿es acaso Eros de tal naturaleza que debe ser amor de algo o de nada? Agatón respondió que sí, y continuó con otras preguntas más, al final Agatón daba la razón a Sócrates porque decía que no le podía contradecir, y empezó Sócrates…

DISCURSO DE SÓCRATES

Empezó contando una conversación con una mujer llamada Diotima sobre Eros, él decía unas cosas y ella decía otras, Sócrates decía que Eros era bello y ella decía que no, entonces ¿es feo y malo?, bueno ella dice que hay algo intermedio entre lo bello y lo feo, entre la sabiduría y la ignorancia, y esto es la recta opinión, no porque no se tenga sabiduría eres ignorante, si das una correcta opinión.

Ella dice que el amor es el deseo de poseer siempre el bien, habla también de la procreación como símbolo de inmortalidad de lo mortal, siempre hay alguien nuevo que nos recuerda a lo viejo. Al final acaba diciendo que afirma que todo hombre debe honrar a Eros y elogiar su poder y su valentía.

Cuando Sócrates terminó se escucharon unos ruidos fuera, era Alcibiades que venía borracho y con una corona de hiedras y violetas y con muchas cintas sobre la cabeza, preguntó si podía quedarse, todos dijeron que si, Pronunció un discurso alabando a Sócrates y todos se dieron cuenta de que estaba enamorado de él.

Más tarde estuvieron bebiendo, y se fueron quedando poco a poco dormidos, cuando Aristodermo despertó vio que Sócrates, Aragón y Aristófanes seguían hablando, al rato se quedaron dormidos (era ya de día), y Sócrates se marchó, Aristodermo le siguió, fue al Liceo, se lavó y pasó el resto del día como de costumbre, al atardecer se fue a su casa a descansar.

Mentira la verdad – el amor

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Bonus Track

Hedwig and the Angry Inch – «The Origin of Love»

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Pd: si bien tengo un gusto musical muy amplio lo que destacó del Bonus Track es la letra con su contenido filosófico…

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La tierra de cinco minutos es el nombre de un argumento escéptico propuesto por Bertrand Russell. El mismo sugiere que no se puede tener la certeza de que el mundo no comenzó a existir hace cinco minutos. Es posible que hubiera aparecido hace poco tal y como está, incluyendo recuerdos falsos de todo el mundo. Podemos decir cosas como «este árbol tiene doce años porque tiene doce anillos en el tronco», pero no podemos estar verdaderamente seguros de ello.

«No hay ninguna imposibilidad lógica en la idea de que el mundo haya aparecido hace cinco minutos, exactamente como está y con una población que «recuerde» un pasado completamente irreal. No hay ninguna conexión lógica necesaria entre sucesos y tiempos diferentes; así que nada de lo que pase ahora o pueda pasar en el futuro puede invalidar la idea de que el universo haya sido creado hace cinco minutos.»

El mismo tipo de argumentación, pero con intenciones opuestas, puede encontrarse en el libro Omphalos de Philip Henry Gosse, publicado en 1857. De acuerdo con la «hipótesis Omphalos» Dios creó el mundo, pero las cosas producidas sobrenaturalmente por él presentan los rasgos derivados de una historia anterior ficticia; por ejemplo, Dios creó a Adán con ombligo, como si hubiera nacido normalmente, y a los árboles con anillos de crecimiento.

Jorge Luis Borges, en su cuento de 1940 titulado Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, presenta un mundo ficticio en el que algunas personas siguen una filosofía muy parecida a la de la discusión de Russell, como una creencia religiosa.

«Una de las escuelas de Tlön llega a negar el tiempo: razona que el presente es indefinido, que el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente, que el pasado no tiene realidad sino como recuerdo presente.»

Borges también estaba familiarizado con las ideas de Gosse, del cual escribió un ensayo titulado La creación y P. H. Gosse. Borges aduce que esta argumentación fue impopular porque inadvertidamente puso de manifiesto los absurdos de la historia del Génesis.

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EXACTAMENTE NO FUE BERNADETTE
Charles Bukowski
(1983)

Me envolví en una toalla el pene ensangrentado y telefoneé al consultorio del médico. Tuve que descolgar y marcar con la misma mano con que sujetaba el teléfono descolgado, mientras con la otra aguantaba la toalla. Y mientras marcaba el número, una mancha roja comenzó a empapar la toalla. Se puso la recepcionista del consultorio.

—Ah, señor Chinaski, es usted. ¿Qué le pasa ahora? ¿Ha vuelto a perder los tapones dentro de los oídos?

—No, esto es un poquito más grave. Necesito que me dé hora inmediatamente.

—¿Qué le parece mañana por la tarde a las cuatro?

—Señorita Simms, es una situación de emergencia.

—¿Pero de qué naturaleza?

—Por favor, debo ver al doctor inmediatamente.

—Está bien. Venga y procuraremos que le vea.

—Gracias, señorita Simms.

Me fabriqué un vendaje provisional haciendo tiras de una camisa limpia. Por suerte, tenía un poco de esparadrapo, pero era viejo y estaba amarillento y no pegaba bien. No me resultó fácil ponerme los pantalones. Era como si tuviera una erección gigante. Sólo pude subirme la cremallera hasta la mitad. Logré llegar al coche, sentarme y salir hacia el consultorio. Al salir del aparcamiento, dejé estremecidas a dos señoras viejas que salían del oftalmólogo de la planta baja. Logré entrar en el ascensor solo y llegar a la tercera planta. Vi que venía alguien por el corredor, me volví de espaldas y fingí beber agua de un pilón metálico. Luego, enfilé el pasillo y llegué al consultorio. La sala de espera estaba llena de gente sin problemas serios: gonorrea, herpes, sífilis, cáncer o cosas por el estilo. Me fui directo a la recepcionista.

—Hola, señor Chinaski…

—¡Por favor, señorita Simms, no es ninguna broma! Es una emergencia, se lo aseguro. ¡Dése prisa!

—Podrá entrar usted, en cuanto el doctor acabe con el paciente que está atendiendo ahora.

Me quedé plantado junto a la pared divisoria que separaba la recepción de la sala de espera y esperé. En cuanto salió el paciente, entré como una bala en el consultorio del médico.

—¿Qué pasa, Chinaski?

—Una emergencia, doctor.

Me quité los zapatos, los calcetines, pantalones y calzoncillos, me eché sobre la camilla.

—¿Qué tiene usted aquí? ¡Vaya vendaje!

No contesté. Con los ojos cerrados sentía al médico quitarme el vendaje.

—Sabe —dije—, conocí a una chica en un pueblecito. Tenía menos de veinte años y estaba jugando con una botella de Coca Cola. Se la metió por allí y no podía sacarla. Tuvo que ir al médico. Ya sabe cómo son los pueblos. La cosa se corrió. Le destrozó la vida. Quedó condenada. Nadie se atrevería ya a tocarla. La chica más guapa del pueblo. Acabó casándose con un enano que iba en silla de ruedas porque tenía una especie de parálisis.

—Esa es una vieja historia —dijo el médico, desprendiendo el último trozo del vendaje—. ¿Cómo le ha pasado esto?

—Bueno, se llamaba Bernadette, 22 años, casada. Cabello largo y rubio; se le cae continuamente sobre la cara y tiene que retirárselo. ..

—¿Veintidós años?

—Sí, vaqueros…

—Es una fea herida.

—Llamó a la puerta. Preguntó si podía entrar. «Claro», le dije. «Estoy lista», dijo. Y entró corriendo en mi cuarto de baño, y sin cerrar la puerta del todo se bajó los vaqueros y las bragas, se sentó y se puso a mear. ¡OOH! ¡JESÚS!

—Calma, calma. Estoy desinfectando la herida.

—Sabe, doctor, la sabiduría llega a una hora infernal… cuando la juventud se ha ido, la tormenta se ha alejado y las chicas se han marchado a su casa.

—Muy cierto.

—¡AY! ¡UY! ¡JESÚS!

—Por favor. Hay que limpiarlo bien.

—Salió y me dijo que anoche, en su fiesta, yo no había resuelto el problema de su desdichada aventura amorosa. Que, en vez de eso, había emborrachado a todo el mundo y me había caído sobre un rosal. Que me había rasgado los pantalones, me había caído de espaldas y me había dado en la cabeza con un pedrusco. Un tal Willy me había llevado a casa y se me habían caído los pantalones y luego los calzoncillos, pero que no había resuelto el problema amoroso. Dijo que el problema había desaparecido, de todos modos, y que al menos yo había dicho un par de verdades.

—¿Dónde conoció a esa chica?

—Vino a la lectura de poesía en Venice. La conocí después, en el bar de al lado.

—¿Puede recitarme un poema?

—No, doctor. En fin, ella dijo: «No puedo más, hombre.» Se sentó en el sofá. Me senté enfrente en la butaca. Ella bebió su cerveza y me lo explicó: «Le quiero, sabes, pero no puedo establecer ningún contacto. No habla. Le digo: «¡Háblame!», pero, santo cielo, no hay forma, no habla. Me dice: «No se trata de ti, es otra cosa.» Y no hay modo de sacarle de ahí.»

—Ahora voy a coserle, Chinaski. No será agradable.

—Sí, doctor. En fin, se puso a hablarme de su vida. Me dijo que se había casado tres veces. Le dije que no parecía tan gastada. Y me dijo: «¿No? Pues he estado dos veces en un manicomió.» Le dije: «¿Tú también?» Y ella dijo: «¿Has estado en un manicomio?» Y yo dije: «Yo no; algunas mujeres que he conocido.»

—Ahora —dijo el médico—, un poquito de hilo. Eso es todo. Hilo. Trabajo de aguja.

—Hostias, ¿no hay otra forma?

—No, es una fea herida.

—Me dijo que se había casado a los quince años. La llamaban puta por ir con aquel tipo. Sus padres le decían que era una puta, así que se casó con el tipo, para fastidiarles. Su madre era una borracha que iba de manicomio en manicomio. Su padre le pegaba sin parar. ¡OOOOHH DIOS SANTO! ¡POR FAVOR! ¿QUE HACE?

—Chinaski, no he conocido a ningún hombre que tuviera tantos problemas como usted con las mujeres.

—Luego, conoció a la lesbiana. La lesbiana la llevó a un bar homosexual. Dejó a la lesbiana y se fue con un chico homosexual. Vivieron juntos. Discutían por el maquillaje. ¡Oh! ¡Dios mío! ¡Por favor! Ella le robaba el lápiz de labios a él y luego se lo robaba él a ella. Luego, se casaron…

—Habrá que dar bastantes puntos. ¿Cómo se lo hizo?

—Estoy explicándoselo, doctor. Tuvieron un hijo. Luego se divorciaron y él se largó y la dejó con el crío. Consiguió un trabajo, tenía un canguro para el niño, pero el trabajo no le rendía mucho y después de pagar el canguro apenas le quedaba dinero. Tenía que salir de noche y hacer la calle. Diez billetes por polvo. Siguió así un tiempo. Pero aquello no tenía salida. Luego, un día, en el trabajo (trabajaba para Avon) empezó a gritar y no había forma de pararla. La llevaron a un manicomio. ¡CUIDADO! ¡CUIDADO! ¡HOMBRE, POR FAVOR!

—¿Cómo se llama la chica?

—Bernadette. Salió del manicomio, vino a Los Angeles y conoció a Karl y se casó con él. Me contó que le gustaba mi poesía y que se quedaba admirada al verme conducir mi coche por la acera a noventa por hora después de mis lecturas. Luego dijo que tenía hambre y la invité a una hamburguesa con patatas fritas, así que me llevó a un MacDonald. ¡HOMBRE, POR FAVOR! ¡VAYA MÁS DESPACIO! ¡O BUSQUE UNA AGUJA BIEN AFILADA, POR DIOS!

—Ya casi he terminado.

—En fin, nos sentamos a una mesa con nuestras hamburguesas, las patatas fritas, el café, y entonces Bernadette me contó lo de su madre. Estaba preocupada por su madre. Estaba preocupada también por sus dos hermanas. Una hermana era muy desgraciada y la otra era simplemente tonta y se sentía satisfecha. Luego, estaba el crío y a ella le preocupaban las relaciones de Karl con el crío…

El doctor bostezó y dio otra puntada.

—Le dije que llevaba demasiada carga sobre las espaldas, que lo que tenía que hacer era dejar que la gente se las apañara. Entonces me di cuenta de que la chica estaba temblando y le dije que sentía haberle dicho aquello. Le cogí una mano y empecé a acariciársela. Luego le acaricié la otra. Deslicé sus manos por mis muñecas arriba, por debajo de las mangas de la chaqueta. «Lo siento —le dije—. Lo único que haces es preocuparte por los demás, eso no tiene nada de malo.»

—¿Pero cómo fue? ¿Cómo se hizo usted esto?

—Bueno, cuando bajábamos las escaleras, la llevaba cogida de la cintura. Ella aún parecía una estudiante de bachiller, una colegiala, aquel pelo largo y rubio y sedoso; aquellos labios tan sensibles y atractivos… El único sitio donde asomaba el infierno era en sus ojos. Estaban en un perpetuo estado de conmoción.

—Por favor, vaya a los hechos —dijo el médico—. Ya casi he terminado.

—Bueno, el caso es que cuando llegamos a mi casa, había en la acera un imbécil, con un perro. Le dije que siguiera con el coche un poco más arriba. Aparcó en doble fila y le eché la cabeza hacia atrás y la besé. Le di un largo beso, retiré los labios y luego le di otro. Ella me llamó hijo de puta. Le dije que le diera una oportunidad a un viejo. La besé otra vez. Un beso de verdad. «Eso no es un beso —dijo—. ¡Eso es lujuria, casi una violación!»

—¿Y qué pasó entonces?

—Salí del coche y ella dijo que me telefonearía a la semana siguiente. Entré en casa y entonces fue cuando sucedió.

—¿Cómo?

—¿Puedo ser franco con usted, doctor?

—Pues claro.

—Pues, en fin, de mirar aquel cuerpo, y aquella cara, el pelo, los ojos…, oírle hablar, luego los besos, me puse… muy caliente.

—¿Y?

—Entonces fue cuando cogí el jarrón. Es de mi medida, me va perfecto. Así que la metí y empecé a pensar en Bernadette. Todo iba muy bien hasta que el maldito chisme se rompió. Ya lo había usado antes varias veces, pero supongo que esta vez estaba demasiado excitado… Es una mujer tan atractiva…

—No se le ocurra nunca meter el chisme en nada que sea de cristal.

—¿Me curaré, doctor?

—Sí, podrá usted volver a utilizarlo. Ha tenido suerte.

Me vestí y me fui. Aún me hacía daño el roce con los calzoncillos. Subiendo por Vermont paré en la tienda. No tenía nada de comer. Hice un recorrido con el carro y compré hamburguesas, pan, huevos.

Tengo que contárselo algún día a Bernadette. Si me lee, lo sabrá. Lo último que he sabido de ella es que se fue con Karl a Florida. Quedó embarazada. Karl quería que abortase. Ella no quiso. Se separaron. Ella sigue aún en Florida. Vive con el amigo de Karl, Willy. Willy hace pornografía. Me escribió hace un par de semanas. Aún no le he contestado.

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GUTS

Inhala.

Toma tanto aire como puedas.

Esta historia debería durar lo que puedas aguantar la respiración, y después un poquito más. Así que escucha tan rápido como puedas.

Un amigo mío, cuando tenía 13 años oyó hablar del «pegging». Esto es cuando un hombre es penetrado por el culo con un consolador. Se estimula la glándula prostática lo suficiente, y el rumor es que se pueden tener explosivos orgasmos manos-libres. A esa edad, este amigo es un maníaco del sexo. Siempre está necesitando una nueva forma de vaciar sus huevos. Sale a comprar una zanahoria y un poco de vaselina. Para llevar a cabo una pequeña investigación privada. Después se imagina como va a quedar en la caja del supermercado, la zanahoria solitaria y la vaselina corriendo por la cinta transportadora hacia la caja. Todos los compradores esperando en línea, mirando. Todos viendo la gran noche que ha planeado.

Entonces mi amigo, compra leche, huevos, azúcar y una zanahoria, todos los ingredientes de una torta de zanahoria. Y vaselina.

Como si fuera a su casa a meterse una torta de zanahorias por el culo.

En su casa, corta la zanahoria y se convierte en una herramienta sin filo. La unta con grasa y acerca el culo profundamente a ella. Después, nada. Ningún orgasmo. No pasa nada excepto que duele.

Entonces, su mamá le grita que vaya a cenar. Que baje ahora mismo.

Trabaja la salida de la zanahoria y guarda la cosa resbaladiza y hedionda en las sábanas sucias abajo de su cama.

Después de comer, va a buscar la zanahoria, y ya no está. Toda su ropa sucia, mientras cenaba, su mamá la había llevado para lavar. No había forma de que no hubiera encontrado la zanahoria, prolijamente esculpida con un cuchillo de su cocina, todavía brillando con vaselina y oliendo.

Este amigo mío, espera meses debajo de una nube negra, esperando que sus viejos le digan algo. Y nunca lo hacen. Jamás. Inclusive ahora que es adulto, esa zanahoria invisible cuelga en cada Navidad, cada fiesta de cumpleaños. En cada Pascua con sus hijos, los nietos de sus viejos, esa zanahoria fantasma esta acechando sobre ellos. Eso demasiado feo para nombrar.

La gente en Francia tienen una frase: «L’espirit de l’escalier» (en castellano, el
ingenio -o el espíritu- de la escalera). Significa el momento en el que encuentras la respuesta, pero es demasiado tarde. Como cuando estás en una fiesta y alguien te insulta. Tienes que decir algo. Entonces bajo presión, con todos mirando, dices algo estúpido. Pero en el momento que te vas de la fiesta… mientras bajas las escaleras, magia. Se te ocurre la cosa perfecta que deberías haber dicho. La réplica perfecta desperdiciada.

Ese es el ingenio de la escalera

El problema es que ni siquiera los franceses tienen una frase para las cosas estúpidas que realmente dices bajo presión. Esas cosas estúpidas, desesperadas que realmente piensas o haces.
Algunos actos son demasiado bajos para tener un nombre. Demasiado bajos siquiera para hablar de ellos.

Mirando atrás, psicólogos infantiles, psicopedagogos, ahora dicen que la mayoría del último pico en suicidios adolescentes eran chicos tratando de estrangularse mientras se pajeaban. Sus padres los encontraban, una toalla alrededor del cuello del chico, la toalla atada al palo de su armario, el chico muerto. Esperma muerto por todos lados. Por supuesto los padres limpiaban todo. Le ponían unos pantalones al chico. Lo hacían parecer…mejor, intencional por lo menos. El triste y usual tipo de suicidio adolescente.

Otro amigo mío, un chico de la escuela, su hermano más grande de la Marina le dijo como los tipos del medio oriente se pajean diferente de como lo hacemos aquí. Este hermano más grande estaba destinado en un país de camellos donde venden abridores de cartas muy elegantes. Cada una de esas es un palo finito de plata o bronce pulido, quizás largo como tu mano, con una gran punta de un lado, una gran bola de metal o el tipo de empuñadura que verías en una espada. Este hermano de la Marina cuenta cómo los árabes ponen su polla dura y luego insertan esta vara de metal a lo largo de su miembro. Se hacen la paja con eso dentro, y hace que acabe mucho mejor. Más intenso.

Es este hermano mayor que viaja por el mundo, mandándonos frases francesas. Frases rusas. Consejos de masturbación útiles.

Después de esto, el hermano chico, un día no aparece por la escuela. Esa noche, me llama a ver si le puedo guardar los deberes por un par de semanas. Porque está en el hospital.

Tiene que compartir la habitación con viejos a los que les están trabajando las entrañas. Cuenta como tienen que compartir el mismo televisor. Todo lo que tiene para su privacidad es una cortina. Sus viejos no lo visitan. Por el teléfono, dice cómo sus viejos matarían ahora a su hermano mayor de la Marina.

Por el teléfono, el chico cuenta cómo el día anterior estaba un poco fumado. En su casa y en su habitación, se tiró en la cama. Estaba prendiendo una vela y mirando unas revistas porno viejas, preparándose para hacerse una paja. Todo esto después de haber escuchado lo de su hermano de la Marina. Ese consejo útil de cómo se pajean los árabes. Busca a su alrededor algo que pueda hacer el trabajo. Una birome es muy grande. Un lápiz es muy grande y áspero. Pero caída sobre un lado de la vela, hay una tirita suave de cera que podría funcionar. Con la punta de un dedo, el chico despega el palito de cera de la vela. Lo hace rodar por la palma de sus manos. Largo y suave, y fino.

Loco y caliente, lo mete dentro, profundo y más profundo en su miembro. Con una buena porción de cera todavía fuera de la punta, se pone a trabajar.

En este momento, dice que esos tipos árabes son bastante vivos. Reinventaron completamente la masturbación. Tumbado de espaldas en su cama, las cosas se están poniendo tan buenas, el chico no puede llevar rastro de la cera. Está a una buena apretada de saltar en leche cuando la cera ya no está asomando para afuera.

El palito fino de cera, está metido adentro. Completamente adentro. Tan adentro que no puede sentir la presencia en su miembro.

Desde abajo, su mamá le grita que vaya a comer. Dice que baje ahora mismo. Este chico de la cera y el chico de la zanahoria son personas diferentes, pero todos vivimos más o menos la misma vida.

Es después de comer cuando las entrañas del chico empiezan a doler. Es cera, entonces se imagina que se derretirá adentro y después la meará. Ahora la duele la espalda. Los riñones. No se puede poner derecho.

El chico hablando por teléfono desde la cama del hospital, de fondo puedes escuchar campanitas, gente gritando. Programas de televisión.

Los rayos X muestran la verdad, algo largo y delgado, doblado dentro de su vejiga. Esta larga y delgada V dentro de él, está recogiendo todos los minerales de su orina. Se está poniendo más grande y áspera, conteniendo cristales de calcio, está moviéndose lastimando la suave pared de su vejiga, bloqueando su orina para salir. Sus riñones están hinchados. Lo poco que gotea de su pito es rojo y con sangre.

Este chico y sus padres, su familia, mirando la radiografía con el doctor y las enfermeras paradas ahí, la gran V de cera brillando en blanco para que todos la vean, tiene que decir la verdad. La forma que se pajean los árabes. Lo que su hermano mayor le escribió desde la Marina.
En el teléfono, ahora mismo, empieza a llorar.

Pagaron la operación de vejiga con sus fondos universitarios. Un error estúpido, y ahora nunca será un abogado.

Meterse cosas dentro de uno. Meterse uno dentro de cosas. Una vela en tu polla o tu cabeza en una horca, sabíamos que iba a ser un gran problema.

Lo que me metió a mi en problemas, lo llamé Buceo de Perlas. Esto significaba hacerse una paja bajo el agua, sentado en lo profundo de la piscina de mis viejos. Con una buena respiración honda, me iba al fondo y me sacaba mi traje de baño. Me sentaba ahí por dos, tres, cuatro minutos.

Solo por pajearme, tenía una gran capacidad pulmonar. Si tenía la casa para mi solo, lo hacía toda la tarde. Después de haber bombeado afuera mis cosas, mi esperma, quedaba por ahí como grandes, gordos, globos de leche.

Después de eso era más buceo, para agarrarlos todos. Para juntarlos y ponerlos en una toalla. Por eso es que se llamaba Buceo de Perlas. Hasta con cloro, me tenía que preocupar por mi hermana. O, santo Dios, mi mamá.

Ese solía ser mi peor temor del mundo: mi hermana virgen adolescente, pensando que sólo esta poniéndose gorda, y después dar a luz a un bebe retrasado de dos cabezas. Ambas cabezas iguales a mi. Yo, el padre Y el tío.

Al final, nunca es lo que te preocupa lo que te agarra.

La mejor parte del Buceo de Perlas era la rejilla interna para el filtro de agua y la bomba de circulación. La mejor parte era desnudarse y sentarse ahí.

Como dirían los franceses: ¿A quién no le gusta que le chupen el culo?

Igual, en un minuto sois sólo un chico haciéndose una paja, y al siguiente nunca vas a ser un abogado.

Un minuto, estoy sentado en el fondo de la piscina, y en el cielo hay olas, a través de celestes ocho pies de agua sobre mi cabeza. El mundo está en silencio excepto por el latir de mi corazón en mis oídos. Mi bañador a rayas amarillas está agarrado alrededor de mi cuello para tenerlo a salvo, por las dudas de que un amigo, un vecino, cualquiera aparezca a preguntar por qué no fui al entrenamiento de futbol. La succión constante del agujero interno de la piscina está lamiendo y yo estoy frunciendo mi flaco y blanco culo por esa sensación.

Un minuto, tengo suficiente aire, y la polla en mi mano. Mis viejos se fueron a trabajar y mi hermana está en ballet. Nadie debería pasar por casa en cuatro horas.

Mis manos me llevan a punto de acabar, y me detengo. Nado arriba para agarrar otra gran bocanada, respiro hondo. Me sumerjo y voy de nuevo al fondo.

Hago esto una y otra vez.

Por esto debe ser que las mujeres se quieren sentar en tu cara. La succión es como echarse un cagada que no termina nunca. Mi polla dura y haciéndome comer el orto, no necesito aire. Los latidos en mis oídos, me quedo debajo hasta que grandes estrellas de luz empiezan a colarse en mis ojos. Mis piernas estiradas, la parte de atrás de cada rodilla raspada contra el fondo de hormigón. Mis dedos se están poniendo azules, mis dedos de los pies y de las manos arrugados por estar tanto tiempo en el agua.

Y después lo dejo pasar. Los grandes blancos globos empiezan a brotar. Las perlas.

Es ahí que necesito algo de aire. Pero cuando voy a patear contra el fondo, no puedo. No puedo poner mis pies debajo de mí. Mi culo está trabado.

Paramédicos de emergencias te van a decir que cada año aproximadamente 150 personas se traban de esta manera, chupadas por una bomba de circulación. Que te agarre tu pelo largo, o tu culo, y te vas a ahogar. Todos los años, muchísimas personas lo hacen. Muchos de ellos en Florida.

Sólo que la gente no habla de eso. Ni siquiera los franceses hablan de TODO.

Poniendo una rodilla arriba, metiendo un pie abajo mío, llego a estar medio parado cuando siento el tirón contra el culo. Poniendo mi otro pie abajo, pateo contra el fondo, estoy pataleando libre, sin tocar el hormigón, pero sin conseguir aire tampoco.

Todavía pateando agua, remando con los dos brazos, estoy quizás a mitad de camino para la superficie pero no llego más arriba. Los latidos dentro de mi cabeza son más altos y rápidos.

Las brillantes chispas de luz cruzando mis ojos. Giro y miro atrás… pero no tiene sentido. Esta soga gruesa, algún tipo de serpiente, azul-blanca y trenzada con venas ha salido afuera del drenaje de la pileta y se está agarrando a mi culo. Algunas de sus venas están perdiendo sangre, sangre roja que parece negra debajo del agua y se escapa de pequeños rasgones en la pálida piel de la serpiente. La sangre se va, desapareciendo en el agua, y dentro de la delgada azul-blanca piel de la serpiente podés ver trozos de alguna comida a medio digerir.

Es la única forma de que esto tenga sentido. Un horrible monstruo de mar, una serpiente marina, algo que nunca vio la luz del dia, había estado escondiéndose en el oscuro fondo del drenaje de la piscina, esperando para comerme.

Entonces… la pateo, a la resbaladiza, elástica y anudada piel y sus venas, y más de ella parece salir del drenaje de la piscina. Es quizás tan larga como mi pierna ahora, pero todavía agarrándose firme al agujero de mi culo. Con otra patada, estoy a una pulgada más cerca de tener aire. Todavía sintiendo la serpiente tirando de mi culo, estoy a una pulgada más cerca de mi escape.

Anudado dentro de la serpiente, puedo ver maíz y porotos. Puedo ver una gran bola naranja. Es el tipo de píldora de vitaminas para caballos que mi viejo me hace tomar, para ayudarme a mantenerme en peso. Para tener una beca escolar de futbol. Con extra hierro y ácidos grasos omega-tres.

Es ver la píldora vitamínica que salva mi vida.

No es una serpiente. Es mi intestino grueso, mi colon sacado afuera. Lo que los médicos llaman, prolapsado. Son mis tripas chupadas en el drenaje.

Los paramédicos te van a decir que una bomba de una pileta tira 80 galones de agua por minuto. Eso es como 400 libras de presión. El gran problema es que estamos todos conectados adentro. Tu culo es sólo el lejano final de tu boca. Si lo dejo seguir, la bomba sigue trabajando -desdoblando mis entrañas- hasta que tenga mi lengua. Imagináte echarse un cagada de 400 libras, y vas a ver como esto te puede doblar para afuera.

Lo que te puedo decir es que tus tripas no sienten mucho dolor. No de la forma que tu piel siente dolor. Las cosas que estás digiriendo, los doctores lo llaman materia fecal. Más arriba hay bilis, un desastre con maíz y porotos y guisantes redondos y verdes.

Eso es toda esta sopa de sangre y maíz, mierda y esperma y porotos flotando alrededor mío. Incluso con mis tripas desenmarañando afuera de mi culo, yo agarrándome de lo que me queda, incluso en ese momento mi primer deseo es de alguna forma ponerme el traje de baño de nuevo.
Dios no permita que mis viejos me vean el pito.

Una mano agarrando por el culo, mi otra mano engancha mi bañador de rayas amarillas y lo saca de mi cuello. Todavía, ponérselos es imposible.

Quieres sentir tus intestinos?, vete a comprar una caja de esos forros ultrafinos. Saca uno y desenrrollalo. Llénalo con mantequilla de maní. Untálo con vaselina y agarralo bajo el agua. Después, trata de romperlo. Trata de partirlo por la mitad. Es muy fuerte y elástico. Es tan delgado que no lo puedes agarrar bien.

Un forro ultrafino, es sólo el intestino.

Puedes ver contra que me enfrento.

Te dejas ir por un segundo, y estás destripado.

Nadas a la superficie a respirar, y estás destripado.

No nadas, y te ahogas.

Es una decisión entre estar muerto ahora o dentro de un minuto.

Lo que mis viejos van a encontrar después del trabajo es un gran feto desnudo, encorvado en sí mismo. Flotando en el agua de su piscina. Atado al fondo por una soga gruesa de venas y tripas retorcidas. Lo opuesto de un chico ahorcándose mientras se pajea. Este es el bebe que trajeron a casa del hospital hace trece años. Aquí está el chico que esperaban ganase una beca de fútbol escolar y que obtuviera un MBA. Quien cuidaría de ellos cuando sean viejos. Aquí están todas sus esperanzas y sueños. Flotando ahí, desnudo y muerto. Alrededor suyo, grandes perlas lechosas de esperma desperdiciada.

Es eso, o mis viejos me van a encontrar envuelto en una toalla sangrienta, colapsado a mitad de camino entre la piscina y el teléfono de la cocina, las andrajosas sobras de mis tripas todavía colgando de la pierna de mi bañador a rayas amarillas.

De lo que ni siquiera los franceses hablarían.

Ese hermano mayor de la Marina, nos enseñó otra buena frase. Una frase rusa. La forma que decimos: «necesito eso como un agujero en mi cabeza…» los rusos dicen: «necesito eso como dientes en el culo…»

Mne eto nado kak zuby v zadnitse

Esas historias sobre animales atrapados en esas trampas que se mastican la pata, bueno, cualquier coyote te va a decir que un par de mordiscos te salvan de estar muerto.

Mierda… incluso si eres ruso, algún día podrías querer esos dientes.

De otra forma, lo que tienes que hacer es –tienes que retorcerte. Pones un codo detrás de tu rodilla y tiras esa pierna hacia tu cara. Muerdes y desgarras tu propio culo. Te quedas sin aire, y vas a masticar cualquier cosa para tener ese próximo aliento.

No es algo que le quieras contar a una chica en la primera cita. No si esperás un beso de buenas noches.

Si te dijera qué gusto tiene, nunca, jamás comerías calamar de nuevo.

Es difícil decir lo que le molestó más a mis viejos: cómo me metí en problemas o cómo me salvé. Después del hospital, mi mamá dijo, «No sabías lo que hacías, amor. Estabas en shock.» Y aprendió a hacer huevos pasados por agua.

Toda esa gente desagradada o sintiendo lástima por mi…

Necesito eso como dientes en el culo.

Ahora, la gente siempre me dice que me ve muy flaco. La gente en fiestas o cenas se incomodan y se enojan cuando no como lo que cocinaron. Un puchero me mata. Jamón cocido. Cualquier cosa que esté en mis tripas por más de un par de horas, sale todavía como comida. Pedazos de pescado cocinado en casa, me voy a cagar y los voy a ver todavía ahí en el inodoro.

Después de tener una resección intestinal importante, no se digiere la carne tan bien. La mayoría de la gente tienen cinco pies de intestino grueso. Yo tengo suerte de tener mis seis pulgadas. Así que nunca tuve una beca escolar de fútbol. Nunca tuve un MBA. Mis dos amigos, el chico de la cera y el chico de la zanahoria, crecieron, se hicieron grandes, pero yo nunca pesé una libra más de lo que pesaba ese día cuando tenía trece años.

Otro gran problema fue que mis viejos pagaron bastante dinero por esa piscina. Al final mi viejo le dijo al tipo de la piscina que fue un perro. El perro de la familia se cayó y se ahogó. El cuerpo muerto fue succionado por la bomba. Incluso cuando el tipo de la piscina abrió el filtro pescando y sacando un tubo elástico, un cacho aguado de intestino con una gran píldora vitamínica adentro, incluso ahí, mi viejo decía, «Ese perro de mierda estaba loco.»

Incluso desde la ventana de arriba en mi cuarto, podías escuchar a mi viejo decir, «No pudimos confiar en ese perro por un segundo…»

Después a mi hermana no le vino.

Incluso después de que cambiaron el agua de la piscina, después de vender la casa y mudarnos a otro estado, después del aborto de mi hermana, incluso ahí mis viejos nunca lo mencionaron de nuevo.

Jamás.

Esa es nuestra zanahoria invisible.

Tú. Ahora puedes dar un buen, profundo respiro.

Yo todavía no lo hice.
FIN

Hoy traigo uno de mis cuentos favoritos de H.P. Lovecraft y August Derleth.
Sinceramente la historia me parece genial, creo que una de las mejores de terror psicológico que he leído. Lovecraft logra meterse en la mente de del lector e implantar imágenes, ideas y criaturas de lo más reales, jugando con nuestros temores personales y ese miedo a lo desconocido que habita en nuestro inconsciente.
Existe la habitual comparativa de el con Poe, y si bien no niego el talento de Poe, me quedo con Lovecraft. El terror de Poe es poético, lírico, extremadamente descriptivo y muy bonito. Pero era terror para otra época. Lovecraft consigue mantenerse vigente, además del bastó universo que creo, con dioses, criaturas, lenguajes y una símbologia genial.

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La sombra fuera del espacio (The shadow out of space) por H.P. Lovecraft y August Derleth

«Si hay algo que nos salva en este mundo… es la incapacidad de la mente humana para correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una isla de ignorancia en medio de los mares negros del infinito, y no estamos hechos para viajar lejos…»

I.
Si es cierto que el hombre vive siempre al borde de un abismo, entonces casi todos los hombres deben experimentar momentos de algo que llamaríamos nivel precognoscitivo, cuando las vastas e imperceptibles profundidades que existen siempre bordeando el pequeño mundo del hombre se convierten por un momento en tangibles, cuando el terrible pozo de conocimientos sin frontera, que incluso las mentes más brillantes sólo han vislumbrado, asume una apariencia borrosa capaz de llenar de terror al corazón más duro. ¿Conoce algún ser viviente los verdaderos orígenes de la humanidad? ¿O el lugar que al hombre le corresponde en el universo? ¿Sabe si el hombre está destinado al ignominioso final de un gusano? Hay terrores que caminan por los pasillos de los sueños cada noche, que embrujan el mundo de los sueños, terrores que pueden relacionarse con los aspectos más mundanos de la vida cotidiana. Cada vez estoy más convencido de la existencia de un mundo fuera de éste en que estamos, lindante con él pero quizá completamente alucinatorio. Sin embargo, no ha sido siempre así. No fue así hasta que conocí a Amos Piper.
Mi nombre es Nathaniel Corey. He practicado el psicoanálisis durante más de cincuenta años. Soy autor de un libro y de varias monografías publicadas en periódicos dedicados a ese tipo de conocimientos. Practiqué durante muchos años en Boston, después de haber estudiado en Viena, y hace diez años, en el semirretiro, me trasladé a la ciudad universitaria de Arkham, en el mismo Estado stado. Me había ganado, con mi trabajo, una reputación de persona seria e íntegra, que me temo ponga en duda este relato. Aunque espero que ofrezca una conclusión bien distinta. Es un firme presentimiento el que me lleva por fin a dejar testimonio de lo que ha sido quizá el problema más interesante y provocativo con que me he encontrado en todos estos años de práctica. No acostumbro a hacer observaciones públicas acerca de mis pacientes, pero me veo obligado a ello dadas las circunstancias peculiares que se dieron en el caso de Amos Piper: a través de ellas se plantean ciertos puntos que, a la luz de otros, sin relación aparente, podrían adquirir más relieve de lo que en principio presumí. Hay poderes de la mente que permanecen en las tinieblas, y quizá también poderes de las tinieblas que van más allá de la mente: no me refiero a brujas, a fantasmas o a duendes, ni a cualquier otra invención creada por civilizaciones primitivas, sino a poderes infinitamente más vastos y terribles que cualquier concepto humano.
(más…)

Hoy no contaba con mucho tiempo, pero quiero comenzar a tener cierta constancia con el blog así que este post es sencillo.
Friedrich W. Nietzsche es uno de mis filósofos favoritos, al cual ya le dedicaré un post especial a sus obras. Y aunque hay épocas dónde se pone de moda en los adolescentes que comienzan a revelarse contra el sistema y la religión, este detalle no le quita valor a su pensamiento. El va más allá de la simple lucha contra lo eclesiástico, un gran pensador, un incomprendido, un anarquista de su época que permanece vigente.

Acá no les traigo una de sus obras, sino una obra donde el es protagonista principal. Una historia ficticia con ciertos rasgos verdaderos, una amiga conociendo mi predilección por Nietzsche me regaló este libro y la verdad me agrado bastante, tener la oportunidad de ver al filósofo desde otra perspectiva tiene su placer, además de cruzarlos con los padres del psicoanálisis.
Sinceramente devore el libro en 3 días.
Existe también una adaptación cinematográfica que si bien se pierde mucho del libro en ella, y al ser una producción independiente, falla en ciertos detalles, sigue siendo totalmente digna de ver. Es como que le da vida a eso que siempre imaginamos.
Bueno sin más preámbulos les dejo el libro y película.
(si el pdf del libro llega a estar incompleto, avisen que actualizo el enlace)

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El día que Nietzsche lloró es una novela de ficción escrita en 1992 por el psiquiatra judeo-estadounidense Irvin D. Yalom.
En este libro se destacan personas muy importantes para la historia de la humanidad como Sigmund Freud en el campo del psicoanálisis, su amigo íntimo Josef Breuer en la medicina, y Friedrich Nietzsche en el campo filosófico. Otros personajes reconocidos son Richard Wagner, gran compositor alemán, el filósofo Paul Rée, y Lou Andreas-Salomé, escritora alemana de origen ruso que es un personaje muy importante para la historia puesto que es la encargada de poner en contacto a Breuer con Nietzsche.

Argumento
La novela se sitúa a finales de 1882, entre noviembre y diciembre, y está ambientada en Viena en una sociedad muy estructurada y alto nivel económico con un emergente antisemitismo. Una joven, Lou Salomé lleva a cabo una cita con Josef Breuer, un célebre médico vienés, con el objetivo de lograr que un anónimo filosofo alemán, llamado Friedrich Nietzsche, conozca al doctor para que éste, de una forma sigilosa y sin que Nietzsche se de cuenta, lo ayude no sólo físicamente sino psicológicamente puesto que el desdichado filósofo posee, además de graves dolencias físicas, tendencias suicidas según se lo hace saber en cartas agresivas a Salomé. Breuer, influido por la tenacidad de la joven e impactado por el ímpetu de su carácter acepta el desafío que la joven desconocida le propone y tratar de ayudar a este «don nadie» que supuestamente tiene mucha inteligencia, sin que él lo note.
Igualmente, esta tarea no resulta muy fácil y a través de repetidos encuentros Breuer se da cuenta del verdadero genio que posee Nietzsche. Recibirá la colaboración de un joven íntimo amigo, llamado Sigmund -Sigi- Freud con quien disfruta discutir sobre el estado de la medicina de la época. Ambos van descubriendo los conceptos que luego servirían para fundar el psicoanálisis . Por otro lado, Breuer tiene que lidiar con un incidente de su pasado con la famosa paciente, Anna O. y un matrimonio decadente.

Es un libro para reflexionar sobre la vida, donde los dos protagonistas, Nietzsche y Breuer, descubren al final que se ayudaron el uno al otro sin darse cuenta. Breuer consigue tener otro punto de vista en lo que engloba a su matrimonio y el amor por su mujer y sus hijos, logrando así revindicarse, mientras que Nietzsche, logra superar su amor pasado por Salomé, dando como fruto una fuerte amistad entre los dos personajes, relación que van forjando su inspiración para lo que luego será quizás la obra capital de Nietzsche, Así habló Zaratustra.

Adaptaciones
El día que Nietzsche lloró es una película independiente búlgara lanzada en 2007 y producida en EE.UU. , protagonizada por Armand Assante , Ben Cross y Katheryn Winnick. La película está basada en la novela El día que Nietzsche lloró escrita por Irvin D. Yalom. Fue dirigida por Pinchas Perry.

Película
[youtube:http://www.youtube.com/watch?v=LZgc7POXDwY%5D